El ministro de Finanzas de Barbados, Chris Sinckler, ha dado en las últimas horas una de las noticias probablemente menos populares de las últimas dos décadas en Barbados, al anunciar que, como consecuencia de la terrible crisis política y económica que existe en el país, se producirá el despido de alrededor de 3000 empleados de distintos sectores de la atención pública, para aliviar las arcas de la nación.
La noticia, que forma parte como decíamos del plan de reducción de costos puesto en marcha por el Ejecutivo, cayó sumamente mal en la población local, a la que le habían prometido que nadie saldrá damnificado de esta forma de la crisis financiera por la que atraviesa Barbados, la peor en la historia reciente del país.
De todos modos, tampoco se puede dejar de tener en cuenta que Sinckler ha asegurado que el Gobierno actualmente trabaja en la posibilidad de “alcanzar un acuerdo con los representantes de los trabajadores sobre las condiciones de los despidos”. Claro, a estas alturas la desconfianza del pueblo es absoluta, y por mejor situación que se les consiga, estas personas han perdido los empleos con los que mantenían a sus familias.
Por otro lado, y como para terminar de ganarse el “amor” de sus conciudadanos, desde las autoridades ha llegado el rumor de que pronto comenzará a funcionar una medida para congelar los
aumentos de salarios por el plazo de los próximos dos años, también para los empleados públicos, lo que supondría un ahorro de alrededor del 10% de los costos anuales de la nación.
Vía: El Diario NY
Imagen: Barbados Today