Veranear diez días en una villa de ensueño en Barbados o despertarse en una mansión situada en el corazón de la Provenza parecen lujos al alcance de muy pocos. Pero gracias al intercambio de casas, cualquiera puede tener el planeta al alcance de su mano y por un módico precio: solo se pagan los gastos del transporte.
La mejor prueba de que este sistema funciona bien son los 250.000 intercambios anuales que se efectúan, por ejemplo, en intercambiocasas, una web con 20 años de experiencia que cuenta con más de 41.000 viviendas en 147 países diferentes.
El funcionamiento es muy sencillo. Basta con registrarse y pagar una inscripción. A partir de ahí́, se crea un perfil con fotos de la casa y se añade una descripción: características, lo que ofrece la zona y unas normas de uso (si se puede fumar o no, la posibilidad de llevar animales, si se incluye el coche…).
¿Como sabemos que no es un fraude? “Se basa en la confianza mutua y si se desconfía es mejor alquilar un apartamento. Llevo años en esto y nadie se molesta en ofrecer una casa que no existe”, dice Violeta Díaz, directora de www.intercambiocasas.com. De todas formas, aquellos que no cum- plan las normas son excluidos de la red de intercambio.
Vía: 20 minutos
Imagen: In Process